domingo, 15 de septiembre de 2013

3.096 Días, de Natascha Kampusch

3.096 Días

Título original: 3096 tage
Autor: Natascha Kampusch
Traducción: Carmen Bas Álvarez
Editorial: Aguilar
Año: 2010

EL LIBRO QUE HA SACUDIDO EUROPA


Natascha Kampusch no era una niña feliz: su infancia había estado marcada por unos padres inmaduros y por un omnipresente sentimiento de inseguridad. El 2 de marzo de 1998, Natascha, que tenía por aquel entonces diez años, se dirigía a la escuela, sola por primera vez. Era un auténtico desafío para ella, una manera de demostrarse, a ella y a su madre, con la que se había enfadado la noche antes y de la que no se había despedido, que ya era una niña mayor. Apenas llevaba andados unos pocos metros cuando vio a un hombre junto a una furgoneta. No recordaba haberlo visto antes. Era Wolfgang Priklopil, y con él iba a pasar en cautiverio los siguientes ocho años de su vida.

A partir de aquel día todo cambiaría en la vida de Natascha. Su mundo se vería reducido primero a un zulo de cinco metros cuadrados y posteriormente a toda una serie de maltratos físicos y psicológicos que acabarían por anular su personalidad. Sin embargo, algo permaneció inmutable en su interior: la fortaleza y la madurez que se había visto obligada a desarrollar en su niñez la habían preparado, de algún modo, para sobrevivir a aquella tortura diaria. Y así es como, siendo aún una niña, se hizo una valiente promesa a sí misma: cuando cumpliera la mayoría de edad, escaparía...

El presente libro es el relato de aquel largo cautiverio, el más largo que haya vivido una menor en Europa. 3.096 días marcados por el miedo, el desconcierto, el dolor y la humillación, pero también, y no en menor medida, por la lucha, la esperanza y la superación, las mismas que permitirían a su joven protagonista obtener la libertad y contar al mundo su historia.

Natascha Kampusch relata los ocho años de secuestro que sufrió a manos de Wolfgang Priklopil, un ingeniero en electrónica de mediana edad que vivía a escasos kilómetros de la familia Kampusch en Viena. Un testimonio desgarrador sobre el instinto de supervivencia en el que una niña de 10 años establece una relación de dependencia con su secuestrador para poder sobrevivir en un zulo de apenas cinco metros cuadrados, iluminado por una sola bombilla y aireado por un ventilador renqueante que gira día y noche. Ella explica y razona cómo para sobrevivir tenía que obligarse a sí misma a perdonar a diario los abusos sufridos para poder aguantar un día más la tortura física y psicológica. La pérdida de contacto con la realidad la debilita tanto que tiene que hacerse una reconstrucción mental para lograr reunir fuerzas y conseguir escapar de ese infierno.

Natascha Kampusch. Nacida en Viena el 17 de febrero de 1988, Natascha Kampusch se crió en una urbanización de las afueras de la capital austríaca, junto con sus padres y dos hermanastras. Su infancia no fue fácil en muchos aspectos, y sus padres se separaron antes de su cautiverio.
Pasó más de ocho años en cautividad en el sótano de la casa de Wolfgang Priklopil, período en el que sufrió maltratos físicos y psíquicos. El 23 de agosto de 2006, habiendo cumplido los dieciocho años, Natascha consiguió autoliberarse aprovechando un descuido de su secuestrador.
Su huida y el relato de su cautiverio, cuando hacía ya mucho que se había abandonado su búsqueda, conmocionaron a Austria y a Europa entera. Dispuesta a rehacer su vida y a recuperar en la medida de lo posible el tiempo perdido, Natascha se ha convertido en presentadora de televisión y en un personaje célebre en su país. En la actualidad reside en Viena.


Natascha Kampusch saltó a las páginas de los periódicos en agosto de 2006 cuando, a sus dieciocho años, consiguió escapar de su secuestrador, de nombre Wolfgang Priklopil, que la había raptado y retenido desde 1998. El impacto mediático de la noticia la convirtió en un personaje popular y las especulaciones sobre lo raro del caso y la naturaleza de la relación con su captor se han mantenido y alimentado desde entonces. En 2010 la propia protagonista escribió este libro en el que explica su versión de los hechos de una forma más deliberadamente introspectiva que realista y en el que, sobre todo, parece especialmente interesada en rechazar la etiqueta del síndrome de Estocolmo que se le ha asignado desde la opinión pública. Su historia ha sido recientemente llevada al cine en la película del mismo título dirigida por Sherry Hormann. El grupo musical La Costa Brava le dedicó una canción en su disco Velocidad de crucero, publicado en 2007.


La Costa Brava - Natasha Kampush (Hazme una perdida)



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