jueves, 21 de febrero de 2013

Ácido Sulfúrico, de Amélie Nothomb

Ácido Sulfúrico

Título original: Acide sulfurique
Autor: Amélie Nothomb
Traducción: Sergi Pàmies
Editorial: Anagrama
Año: 2005


El último grito en programas televisivos de entretenimiento se llama «Concentración». Un equipo de televisión hace una redada por las calles de París para reclutar a los participantes de este reality show, escogiendo aleatoriamente entre la población. Los participantes serán trasladados al plató en vagones precintados, como los que transportaban a los judíos durante la época del exterminio nazi, y serán internados en un campo en el que otros concursantes desempeñan el papel de kapos. Bajo la estricta vigilancia de la cámara de televisión los prisioneros serán golpeados y humillados de cualquier modo, todo es válido mientras suban los niveles de audiencia. El momento más esperado llega cuando, cada semana, los telespectadores pueden participar en el concurso gracias al televoto: sin moverse de sus casas pueden eliminar-ejecutar a uno de los participantes del show.

Pannonique, una estudiante de belleza sobrecogedora, es reclutada y se convierte en el número CKZ 114 en el campo de concentración televisado. El primer maltrato en este siniestro lugar consiste, pues, en la pérdida de identidad, en la supresión del propio nombre. Zdena, una mujer sin empleo que, cómo no, también ha recibido nueva identidad, descubre en Pannonique a su doble antagónico y se enamora perdidamente de ella. El bien y el mal formando una pareja fatal: la víctima y el verdugo, y también la bella y la bestia. Cuando la audiencia tiene que votar, se arma un estrepitoso revuelo mediático, pero aunque los telespectadores protestan, todos votan, y sale a la luz el sadismo hipócrita e inconsciente del público que deplora el horror pero es incapaz de perderse una entrega. Mientras tanto, Pannonique y el resto de participantes se juegan la vida...

Una violenta sátira de la telerrealidad, el voyeurismo, la ignominia, la (fácil) buena conciencia, la denuncia moralizante. Una historia que sirve como crítica de un mundo brutal y crudo, de hipocresía biempensante, donde el individuo ha perdido toda libertad de acción porque de cualquier cosa se puede obtener un beneficio: un mundo en el que incluso la denuncia del sistema pertenece al sistema. A través de estas páginas terribles nos llega la metáfora de una sociedad en la que el sufrimiento se convierte en espectáculo.

«Una de las misiones de las novelas consiste en anticipar el fin del mundo... La ficción nos ayuda a comprender la realidad que nos rodea, sobre todo cuando ésta es aterradora» (Frédéric Beigbeder, Lire).

«Amélie Nothomb publica su decimocuarta novela... Este libro será, como su título indica, ácido y sulfuroso» (Marc Lambron, Le Point).


Amélie Nothomb nació en Kobe (Japón) en 1967. Proviene de una antigua familia de Bruselas, ciudad en la que reside actualmente, aunque pasó su infancia y adolescencia en Extremo Oriente, principalmente en China y Japón, donde su padre fue embajador. Amélie Nothomb habla japonés y trabajó como intérprete en Tokio. Desde su primera novela, Higiene del asesino (edición española en Circe), se ha convertido en una de las autoras en lengua francesa más populares y con mayor proyección internacional. Anagrama ha publicado Estupor y temblores (Gran Premio de la Academia Francesa y Premio Internet, otorgado por primera vez por los lectores inter­nautas), Metafísica de los tubos (Premio Arcebispo San Clemente, otorgado en Santiago), El sabotaje amoroso, Cosmética del enemigo, Diccionario de nombres propios, Antichrista, Biografía del hambre y Ácido sulfúrico. En especial, el enorme éxito de Estupor y temblores «supone el reconocimiento, no sólo de la crítica, sino también del público, de una autora que desde hace tiempo lo merece por la creación de un mundo propio, rico y singular» (Flavia Company, El Periódico). Esta escritora, que «ha conseguido el prodigio de gustar al mayor número de lectores» (Le Monde), fue elegida, en una encuesta realizada por Le Figaro a 35 críticos literarios, como su escritor favorito de edad inferior a 40 años. En 2006 se le otorgó el Premio Cultural Leteo en León por el conjunto de su obra, representativa según el jurado, de la mejor literatura de nuestros días.


Amélie Nothomb repite en Ácido sulfúrico las constantes habituales en su obra literaria. En esta ocasión ofrece una suerte de alegoría, abierta a múltiples interpretaciones, en la que cada lector podrá extraer sus propias conclusiones. Como es costumbre en la autora belga, la trama se desencadena rápidamente y desde un principio, la idea central se estanca por momentos y se hace algo repetitiva y el desenlace no resulta todo lo inspirado que cabría desear. Quizá más ambiciosa en pretensiones que Ordeno y mando y Anticrista en cuanto a búsqueda de un gran tema, Ácido sulfúrico se antoja menor en cuanto a resultados.



Amélie Nothomb en Aventura En La Isla

0 comentarios:

Publicar un comentario

 
Copyright 2010 Aventura En La Isla