Principiantes Título Original: Absolute beginners Autor: Colin MacInnes Traducción: Baldomer Porta Editorial: Anagrama / Contraseñas Año: 1959 | |
Principiantes, novela pionera y profética de la juventud rebelde, está situada en Londres durante el verano explosivo de los conflictos raciales de 1958. El autor nos conduce, con gran sentido del ritmo, por un mundo que conocía al dedillo, poblado de pícaros, inmigrantes, chulos, prostitutas, guiados por su anónimo protagonista, un adolescente absolutamente loco por el jazz, por su «hermano» negro y por su chica Crepe Suzette. Un personaje que se gana la vida haciendo fotos pornográficas y cuya amoralidad absoluta raya en la inocencia total.
En esta novela, en la que el lirismo se codea con la observación cáustica, Colin MacInnes lleva a cabo un brillante análisis de una sociedad que se desliza vertiginosamente de la sórdida posguerra a la «década prodigiosa», con un oído atentísimo a las jergas y al «estilo» de esos cambios.
«MacInnes fue quien lo atrapó primero... y mejor». New Musical Express
«Los movimientos juveniles que cambiaron la cara de Londres fueron afortunados al contar con un cronista tan sagaz (y un padrino tan combativo) como Colin MacInnes». Diego Manrique
«Principiantes es una novela de iniciación. Ya saben, ese conocido género que va de La educación sentimental de Flaubert a Menos que cero de Bret Easton Ellis, pasando por El guardián entre el centeno de Salinger. Es, también, un canto de amor a la música y, especialmente, a Londres, ciudad que MacInnes adoraba y cuyas descripciones consiguen que quien no la conozca se muera por visitarla». Ramón de España
Colin MacInnes (1914-1976) era miembro de una familia tan ilustre como escandalosa fue su propia conducta. En efecto, aunque primo de Rudyard Kipling y del que fue primer ministro conservador Stanley Baldwin, MacInnes prefería frecuentar los bajos fondos del Soho. Con su trilogía de novelas londinenses -la más famosa de las cuales es Principiantes-, ese «Kerouac del swinging London» se convirtió en el cronista de la otra cara de una ciudad «tan madura para ser conquistada como el París de Balzac», en palabras de Francis Wyndham. Ahora, esta «novela de culto» ha sido redescubierta por un público amplio gracias a la película de Julien Temple.
«Idealista pero astuto, Julien Temple nos sugiere que para descifrar los años 80 debemos reaprender el alfabeto: A como Absolute, B como Beginners, C como Colin (MacInnes), D como David (Bowie)...». Anne Garréta, Le Nouvel Observateur
En esta novela, en la que el lirismo se codea con la observación cáustica, Colin MacInnes lleva a cabo un brillante análisis de una sociedad que se desliza vertiginosamente de la sórdida posguerra a la «década prodigiosa», con un oído atentísimo a las jergas y al «estilo» de esos cambios.
«MacInnes fue quien lo atrapó primero... y mejor». New Musical Express
«Los movimientos juveniles que cambiaron la cara de Londres fueron afortunados al contar con un cronista tan sagaz (y un padrino tan combativo) como Colin MacInnes». Diego Manrique
«Principiantes es una novela de iniciación. Ya saben, ese conocido género que va de La educación sentimental de Flaubert a Menos que cero de Bret Easton Ellis, pasando por El guardián entre el centeno de Salinger. Es, también, un canto de amor a la música y, especialmente, a Londres, ciudad que MacInnes adoraba y cuyas descripciones consiguen que quien no la conozca se muera por visitarla». Ramón de España
Colin MacInnes (1914-1976) era miembro de una familia tan ilustre como escandalosa fue su propia conducta. En efecto, aunque primo de Rudyard Kipling y del que fue primer ministro conservador Stanley Baldwin, MacInnes prefería frecuentar los bajos fondos del Soho. Con su trilogía de novelas londinenses -la más famosa de las cuales es Principiantes-, ese «Kerouac del swinging London» se convirtió en el cronista de la otra cara de una ciudad «tan madura para ser conquistada como el París de Balzac», en palabras de Francis Wyndham. Ahora, esta «novela de culto» ha sido redescubierta por un público amplio gracias a la película de Julien Temple.
«Idealista pero astuto, Julien Temple nos sugiere que para descifrar los años 80 debemos reaprender el alfabeto: A como Absolute, B como Beginners, C como Colin (MacInnes), D como David (Bowie)...». Anne Garréta, Le Nouvel Observateur
El cineasta británico Julian Temple rodó la adaptación cinematográfica homónima de Absolute beginners hace ya más de un cuarto de siglo. La película no fue bien acogida en su tiempo (mucho antes de que los documentales musicales apuntalaran el actual prestigio de su director) y su realización videoclipera hundió la valoración de un filme que personalmente tengo bastante olvidado. Colin MacInnes escribió el libro hace más de cincuenta años y lo mejor que puede decirse del mismo es que todavía mantiene la vigencia en su historia, o suma de historias, porque eso acaba siendo la novela, una mezcla de situaciones aceleradas (tan al estilo del jazz omnipresente en el relato) en la que no termina de cuajar casi ninguna y que se lee con la molesta sensación de que siempre parece estar a punto de arrancar para no terminar de hacerlo nunca.
David Bowie. Absolute Beginners.
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