lunes, 29 de septiembre de 2014

Noviembre Sin Violetas, de Lorenzo Silva

Noviembre Sin Violetas

Autor: Lorenzo Silva
Editorial: Destino
Año: 1995


Juan Galba se cree a salvo en su tranquilo empleo en un balneario. Hace ya una década que disolvió la sociedad criminal que formaba con su gran amigo, Pablo Echevarría, muerto en extrañas circunstancias. Pero un día se presenta en el balneario Claudia Artola, la viuda de éste. Lleva consigo unas cartas que obligarán a Juan a volver, muy a su pesar, a los manejos ilícitos. Por una lealtad no exenta de culpa, deberá proteger a Claudia de una implacable persecución y resolver un escabroso crimen. Pero lo que Juan no sospecha es que tras la sucesión de cadáveres y asesinos, se perfila una venganza perfectamente trabada.

Noviembre sin violetas parece, en una primera aproximación, una apasionante y vertiginosa novela policíaca. Sólo que en este caso el enigma encuentra al detective y no al revés, como suele ser habitual en este género. Desde esa inversión de los cánones, nada es lo que parece y los personajes casi nunca muestran su verdadero rostro. La novela es, en fin, una reflexión sobre la absolución que quizá merezca toda acción humana y sobre la condena que pesa, por el contrario, sobre sus consecuencias.

Lorenzo Silva especifica con una prosa incisiva -y llena de humor- el horror de un hombre que huye de su destino, pero que termina aceptando que el presente, al ser la resolución del pasado, es un tiempo imposible de vivir. Cuando todo está perdido, el recuerdo de la belleza constituye la única forma de salvación.

Lorenzo Silva (Madrid, 1966) ha escrito, entre otras, las novelas La flaqueza del bolchevique (finalista del Premio Nadal 1997), Noviembre sin violetas, La sustancia interior, El urinario, El ángel oculto, El nombre de los nuestros, Carta blanca (Premio Primavera 2004), Niños feroces y la Trilogía de Getafe, compuesta por Algún día, cuando pueda llevarte a Varsovia, El cazador del desierto y La lluvia de París. Es autor del libro de relatos El déspota adolescente y del libro de viajes Del Rif al Yebala. Viaje al sueño y la pesadilla de Marruecos. En 2006 publicó junto a Luis Miguel Francisco Y al final, la guerra, un libro-reportaje sobre la intervención de las tropas españolas en Irak, en 2008 un ensayo sobre El Derecho en la obra de Kafka y en 2010 Sereno en el peligro. La aventura histórica de la Guardia Civil (Premio Algaba de Ensayo). Además, es autor de la serie policíaca protagonizada por los investigadores Bevilacqua y Chamorro, iniciada con El lejano país de los estanques (Premio Ojo Crítico 1998) y a la que siguieron El alquimista impaciente (Premio Nadal 2000), La niebla y la doncella, Nadie vale más que otro, La reina sin espejo, La estrategia del agua y La marca del meridiano (Premio Planeta 2012).


Noviembre sin violetas fue la primera novela de Lorenzo Silva. La escribió en 1991, fue publicada en 1995 y reeditada posteriormente cuando el autor ya gozaba de cierto reconocimiento. Es una obra profundamente imperfecta que anticipa la habilidad del escritor madrileño y su inclinación hacia la novela negra pero que cuenta una historia imposible y absurda cuya trama no se articula bien, sus personajes nunca consiguen hacerse interesantes y la verborrea grandilocuente propia de escritor novato termina por hacerse insufrible. El argumento sofríe situaciones que recuerdan a otros libros y otras películas en los que probablemente el joven Silva se inspiró para construir este relato de amistades traicionadas y mujeres fatales que ni atrapa ni mucho menos emociona. Afortunadamente para sus lectores después escribiría cosas bastante mejores.


Lorenzo Silva en Aventura En La Isla


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