¿Qué Paso En Alcácer?, de Juan Ignacio Blanco

¿Qué Paso En Alcácer? Autor: Juan Ignacio Blanco Editorial: Son Expresión, SL Año: 1998

Tras varios años de investigación, por primera vez salen a la luz los documentos oficiales sobre los asesinatos de Miriram, Toñi y Desirée, “las niñas de Alcácer”. Las diligencias de la Guardia Civil, las espeluznantes confesiones de Miguel Ricart, la “rocambolesca” fuga de Antonio Anglés, los informes de autopsia, las declaraciones de todos los sospechosos, la “guerra” entre los forenses... Un documento único sobre el suceso más impactante de la reciente historia de España.

El reciente estreno de la serie documental de Netflix ha vuelto a poner de actualidad los asesinatos de las niñas de Alcácer, ocurridos hace más de un cuarto de siglo y que llenaron horas de televisión en su época. Juan Ignacio Blanco, periodista y criminólogo que alcanzó grandes cotas de popularidad en su momento gracias a sus continuas y polémicas apariciones en el programa Esta noche cruzamos el Mississippi (otro icono de los noventa), acompañado siempre de Fernando García, padre de una de las niñas, publicó en 1998 este libro que fue rápidamente retirado de la circulación por la demanda interpuesta contra él por la madre de una de las niñas asesinadas. Blanco, que ha fallecido este mismo mes, alimentó siempre las teorías de la conspiración en torno a un suceso que probablemente no daba más de sí. Las muchas chapuzas cometidas a lo largo de la investigación y la rocambolesca y esperpéntica fuga del principal acusado, aún oficialmente desaparecido, seguramente no justifican las fantasiosas elucubraciones a las que se ha entregado un grupo no poco numeroso de conspiranoicos. ¿Qué paso en Alcácer?, leído en pleno 2019, no aporta ningún dato novedoso y Blanco se cuidó de no incluir en él ninguna de las arriesgadas acusaciones que hacía en los platós de TV, limitándose a un recorrido comentado por un sumario al que consiguió acceder cuando aún permanecía secreto. Lo más destacable que aporta su lectura es constatar que los policías, magistrados y secretarios judiciales que redactaron sus diferentes partes no sabían escribir bien ni dos frases seguidas y que conceptos como concordancia, laísmo, leísmo o signos de puntuación les eran completamente ajenos.